Algunas claves que se deben tener en cuenta si se desea terminar por una vez por todas contra la batalla interminable de estar a dieta.
Mentalizarse y Responsabilizarse. El éxito de una dieta para adelgazar pasa por mentalizarse de que se trata de un cambio de hábitos alimenticios, físicos y psicológicos de por vida. No sólo durante el tiempo de dieta para reducir el peso, sino que éstos hábitos deben mantenerse para siempre. Por ello se hace preciso que tanto la dieta como todos los cambios necesarios sean adaptados a cada persona y facilitarles el mantenerlos a lo largo de la vida.
La motivación y la fuerza de voluntad divina. No hay que esperar a que una especie de fuerza externa nos impulse a iniciar o mantener una dieta, ni tampoco comenzar en base a una fecha (primero de año, primavera, el lunes…). La motivación hay que alimentarla, y su mejor alimento es la obtención de resultados, comprobar cómo cada semana el peso va disminuyendo, es lo que nos dará la fuerza de voluntad necesaria para seguir adelante, pero hay que recordar siempre que nadie va a hacer la dieta por nosotros, y que es nuestra responsabilidad mantenernos alerta para no sucumbir a los innumerables acontecimientos y tentaciones que continuamente nos rodean. Para ello, es clave tener siempre presente que es un periodo de aprendizaje, en el que más que pensar que tengo prohibido comer determinados alimentos, es una elección personal no comerlos con el objetivo de desarrollar estrategias de autocontrol que podamos utilizar a lo largo del cambio de hábitos.
Contar con el apoyo de los que nos rodean es importante, pero en la mayoría de los casos, el entorno más que ayudar dificulta el seguimiento de cualquier dieta, seguro que para muchos son conocidas frases como “por un poco no pasa nada”, “por una vez que va a pasar, luego lo compensas”…
Hablar seriamente con estas personas y explicarle lo importante que es para vosotras/os su apoyo, facilitará enormemente el seguimiento de la dieta.
Metas realistas. Dependiendo de cuánto tiempo llevamos con esos kilillos de más, nuestra edad, nuestro cambio de vida, etc…se deberá establecer la meta a conseguir, no debemos obsesionarnos por conseguir meternos en la talla de hace años, hay que establecer metas que podamos alcanzar, metas que siempre deben ser ajustadas a nuestra edad y tipo de vida y que se puedan mantener.
También es importante establecer metas flexibles, donde se tenga en cuenta posibles recaídas (que no abandonos), y situaciones emocionales que pueden surgir y afectarnos negativamente en la consecución de nuestro objetivo.
Falsas creencias. Es importante tomar conciencia de la cantidad y tipos de alimentos que una persona está ingiriendo, en muchas ocasiones escucho frases del tipo: “si yo no como tanto”, frase que es totalmente cierta para la persona que la dice, sobre todo porque en la mayoría de las veces no hay conciencia sobre ello.
Un breve cuestionario, donde se anote durante un tiempo la cantidad y tipo de alimentos ingeridos, bastará para que la persona tenga conocimiento de que lo que pensaba, y la realidad, están algo alejadas.
No intentar lo que ya se ha intentado y ha fracasado. Nos pasamos más de media vida probando soluciones que ya han fracasado multitud de veces, no sólo nos pasa en lo referido al intento de perdida de peso, sino también en otros asuntos de nuestra vida. Hacer una breve lista de todo lo que se ha intentado hasta el momento y que ha fracasado, es la clave para no volver a repetir los mismos errores, cualquier intento de solución tiene que pasar por algo nuevo, algo no intentado.
El ejercicio es fundamental en cualquier dieta saludable. Además de los beneficios de sobra conocidos de la práctica del deporte, la actividad física es clave para ayudarnos a la pérdida de peso y al incremento de masa muscular que influya en el aumento de nuestro metabolismo basal. No hablo necesariamente de inscribirse en actividades que nunca hemos hecho o que incluso no nos gustan, sino de actividades acorde a nuestra forma de vida, edad y preferencias.
Disfrutar aun más de los caprichos. Tener siempre presente, que una vez conseguido el peso deseado se podrá volver a comer aquellos alimentos que tanto nos gustan, pero con moderación.
Evidentemente, volver a nuestra alimentación anterior, sería también volver a nuestros kilos de más, por ello, una vez aprendidos los hábitos saludables se deben seguir fortaleciéndolos hasta que formen parte de nuestra nueva forma de vida.
Con ello tendremos un doble disfrute, comer aquello que tanto nos gusta, y seguir manteniendo nuestro peso, además de sentirnos orgullosos/as por haber conseguido tener la capacidad de decidir cuándo y cuánto voy a comer de ese alimento capricho que antes era incontrolable.
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